30.5.11

TORRE SEAGRAM, EL CABALLERO
































Ese nombre le dio uno de mis profesores a este rascacielos neoyorkino, cuyo autor es Mies van del Rohe (en colaboración con Philip Johnson). Habría resultado más rentable construir un edificio escalonado como los que pueden verse a su alrededor en la fotografía, pero el arquitecto convenció a la propiedad de que adoptara esta solución que implicaba retrasar la fachada de la calle dejando una plaza de acceso ante la misma. Y el resultado fue un elegante acierto.














Este edificio tuvo una gran influencia en los rascacielos que se construyeron con posterioridad, hasta el punto de ello nos impide apreciar la aportación que supuso su fachada de perfiles de bronce y vidrio tintado, ni transparente ni opaca, en un momento en que el paisaje urbano estaba dominado por las fachadas pesadas como las del Empire State, el Waldorf Astoria o el Chrysler (aunque ya existieran los muros cortina de la Lever House, por ejemplo).

























Aquí están, reunidos y en color, todos los elementos de este excelente edificio: bronce, vidrio tintado y transparente, agua, lujosas piedras veteadas, y ginkgos.

3 comentarios:

Mertxe dijo...

¿ginkgos?...

Glo dijo...

Sí. Se plantaron Ginkgos (Ginkgo biloba) en la base del edificio. Mies era un hombre muy reservado, parco en palabras, y no he leído que hiciera comentario alguno acerca de este asunto botánico. Pero dada la meticulosidad de este hombre, la elección de ese árbol no es casual.

Mertxe dijo...

Ah...