10/07/2013

CORTADERIA IMPARABLE


Recorrer las cercanías de Santander y muchos lugares de Vizcaya estos días de otoño es un espectáculo escalofriante. La progresión de la extensión de la planta es exponencial. El funcionamiento de la administración pública parece esclerotizado, y sólamente la participación de todos y cada uno podría hacer algún efecto. Para eso deberíamos disponer de información y de los plaguicidas de forma gratuita, lo que en el actual estado de cosas parece ciencia ficción.

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