Quid πλατάνων opacissimus?
El sueño te envolvió, como un árbol, con el verdor
de su fronda,
alentabas, como un árbol, en la luz serena,
contemplé tu rostro en la fuente clara:
párpados entornados, y las pestañas, trazos en el agua.
Mis dedos encontraron en la yerba mullida los tuyos,
retuve tu pulso por un instante
y sentí en otro lugar la pena de tu corazón.
Bajo el plátano, junto al agua, entre los laureles
el sueño te transportaba fragmentándote
alrededor mío, cerca de mí, sin poder abordarte entera,
unida con tu silencio:
mientras veía crecer y menguar tu sombra,
perderse en otras sombras, en otro mundo
que te soltaba y retenía.
La vida que nos tocó vivir la vivimos.
Compadece a quienes con tanta paciencia esperan
perdidos entre los oscuros laureles bajo los robustos
plátanos
y a cuantos solitarios hablan a pozos y aljibes
y se ahogan en las ondas de la voz.
Compadece al compañero que compartió con nosotros
sudor y privaciones
y que se hundió en el sol, cuervo más allá de los
mármoles,
sin la esperanza de ser correspondido.
Concédenos, fuera del sueño, la paz.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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