30.6.24

LA MUJER DE LA PESADILLA

Esta noche tuve una pesadilla en la que me acompañaba una mujer aterradora. No es sólo que temiera por mi vida, sino que sentía que no podría escapar de ella. Observaba cómo buscaba personas, las conducía a un lugar apartado y, por los sonidos, adivinaba que les quitaba la vida bebiendo su sangre. Mientras estaba ocupada en su última masacre salí de aquel sótano y caminé por una calle hasta encontrarme frente a un edificio en llamas. Entonces desperté. No fue una pesadilla traumática porque nada más despertar entendí, y eso me serenó, que nadie puede escapar de su naturaleza, y que aquel afán aniquilador podía ser entendido como una metáfora de la naturaleza humana.

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