BAKIO

Mucho más próximo al mar, en Bakio había sol, pero la temperatura era más acorde con la época del año.





Allí se da un txakolí que dicen especialmente rico... Y se ven muchos más narajos que en otras partes de la costa.

No comí ninguna manzana de oro. No sé porqué.



Enero es el mes en el que florecen las mimosas (Acacia dealbata) . Su fuerte aroma me recibió al bajar del autobús.



Salí de la carretera por un camino secundario,



y de aquel pasé a otro, aún menor. El caballero del fondo limpiaba sus orillas. Se me olvidó preguntarle si lo que había recogido iba a echárselo a los conejos. En lugar de eso sólo hablamos de lo bueno que había salido el día.



Higuera durmiente.



Prados verdes y bosques oscuros.





La sombra del gigante, el mar ondulante y el "acantilado"... y al fondo, la "línea del horizonte".



El sol va todavía muy bajo y las sombras son aún poderosas y muy azules.



Las vistas desde aquel promontorio eran muy buenas.







Jardín de un palacete.



Éste me recordó fotos de los balnearios y palacios de la península de Krimea.



Un colegio,



que por la "cofia", podría ser de monjas...



Asoma una araucaria.





Otro jardín ordenado.



Casa de estilo montañés, reza un cartel,



y su cobertizo.



Se apoyan...



Y finalmente, antes de que se extinguiera el día,



me asomé al mar...