
Es un recurso notablemente eficaz ver el reflejo de las cosas en un espejo. Produce un curioso extrañamiento que las convierte en completamente nuevas a nuestra percepción.
Se puede hacer la prueba intentando "pasear" en el reflejo de un ventanal que encontremos (el de un escaparate, por ejemplo) en una zona que conozcamos bien de nuestra ciudad. Enseguida nos sentiremos perdidos y nos picará la curiosidad por saber a dónde conduce esa misteriosa calle, repentinamente desconocida...
2 comentarios:
Es de lo más desconcertante ese efecto... :D
¿Sí, verdad?
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