Los miembros de la misma generación nos parecemos. Estos caballeros europeos emigraron a Estados Unidos en la cima de su carrera profesional. Mies hizo allí excelentes edificios (en la foto posa ante la maqueta del Crown Hall) , pero lo mejor lo había construido ya en Europa, más concretamente en Barcelona. A Hitchcock, por su parte, parece que le sucedió al revés (en la foto, durante el rodaje de Psicosis).
Ellos creo que se sorprendieron de su éxito y del excéntrico nivel de vida que encontraron. Es algo que creo percibir en su sonrisa pícara de otras fotografías. Parecen decir: "menuda suerte he tenido". A mi generación nos ha tocado lo contrario así que será difícil que nos fotografíen tan ufanos.
Ellos creo que se sorprendieron de su éxito y del excéntrico nivel de vida que encontraron. Es algo que creo percibir en su sonrisa pícara de otras fotografías. Parecen decir: "menuda suerte he tenido". A mi generación nos ha tocado lo contrario así que será difícil que nos fotografíen tan ufanos.
4 comentarios:
(Repitiendo, por chapucera y acelerada... jis...)
De arquitectura, como del resto de las artes plástica, sólo entiendo con el corazón. De pelis, creo que un poco más. ¿Y cuál me gustó especialmente? Sin duda alguna 'Vértigo' (en los USA, 'De entre los muertos'), que me cogió con unos 14 añitos, es decir, ¿o no hace falta decir nada? No, creo que no. Pero todavía hoy, cuando la pasan en alguna cadena, ahí me tienen clavadita el Steward y la Novack. Y cuando he visto esos puestos de la bahía de San Francisco, en mi recuerdo se ha vuelto a tirar la 'chica' para que la salve el 'chico'. Jo... qué emocionante fue aquello.
Glo, no quiero terminar en tu página sin repetirte un sonoro zorionak zuri.
Gracias, muchas gracias, Mertxe. Tu presencia en forma de comentario es siempre un honor y un estupendo regalo. Gracias a ti y a todos los que me visitáis.
... Y coincido contigo en tu preferencia por "Vértigo". Hitchcock traba muy bien sus guiones, pero especialmente en esa película. Todos los elementos juegan un papel importante: el vulnerable aspecto del elegante Stewart; la no demasiado buena actuación de la bella Novak, que resulta encajar perfectamente con la ambigua Madeleine; la wagneriana música de Hermann, que en muchas ocasiones recuerda "Tristán e Isolda"; la estupenda fotografía... Sin alguno de ellos, queda coja.
Así es, así es... (Por cierto, quise escribir puentes y no puestos.)
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