XIII
HIDRA
Delfines, gallardetes y cañonazos.
El mar, tan amargo una vez para tu alma,
alzaba los barcos multicolores y relampagueantes,
los mecía y bandeaba, todo era azul con alas blancas.
Tan amargo una vez para tu alma
rebosa de colores al sol.
Velas blancas, luz y húmedos remos
percutían a ritmo de timbal las blancas olas.
Hermosos serían tus ojos si miraran,
luminosos serían tus brazos si se abrieran,
vivos tus labios como entonces
ante un prodigio así:
lo buscabas
¿qué buscabas frente a la ceniza,
entre la lluvia, la bruma y el viento
al filo de la muerte de las luces,
mientras la ciudad se sumergía y desde las lajas
te mostraba su corazón el Nazareno?
¿Qué buscabas? ¿porqué no vienes? ¿qué buscabas?
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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