XX [ANDRÓMEDA]
Se abre de nuevo la herida en mi pecho
cuando declinan las estrellas y se encarnan en mi cuerpo
y cae bajo los pasos de los hombres el silencio.
¿Adónde me arrastrarán estas rocas hundidas en el tiempo?
Y el mar ¿quién podrá agotar el mar?
Veo en cada aurora a las manos hacer señas al buitre y
al gavilán,
atada en la roca que a fuerza de dolor llegó a ser mía
veo a los árboles respirar la negra calma de los muertos
y luego, la sonrisa inmóvil de las estatuas.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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