AYÁNAPA, II
Primavera de 1156
(Versos para música)
A la sombra del viejo sicomoro
el loco viento jugaba
con las ramas con los pájaros
pero no nos hablaba.
en buena hora, hálito del alma,
te abrimos nuestro pecho,
entra, ven a beber
de nuestra pasión.
A la sombra del viejo sicomoro
el viento se levantó y
contra los baluartes del norte
se marchó sin siquiera rozarnos.
Tomillo y árbol del incienso,
anuda con fuerza tu pecho
y busca una cueva, busca refugio
y esconde tu llama.
No es este un viento de Pascua
ni de Resurrección
que es de fuego y humo
de esta vida desdichada.
A la sombra del viejo sicomoro
volvió el viento reseco:
por doquier olía a dinero
y nos vendió.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la peña
2 comentarios:
Buenos días, Glo, desde la sombra del viejo Maresme.
Muy buenos días, Mertxe.
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