2.6.14

VII, DE SOLSTICIO DE VERANO, DE TRES POEMAS SECRETOS, DE SEFERIS

VII

El respirar del álamo
en el huerto va contando
tus horas día y noche;
clepsidra que el cielo va llenando.
Sus hojas a impulsos de la luna
arrastran por la pared alba negros pasos.
Hay en la linde unos pocos pinos
luego mármoles y luminarias
y hombres modelados como los hombres.
El mirlo sin embargo trina
cuando va a beber
y se oye a veces el canto de la tórtola.

En el pequeño huerto de diez pasos
puede verse la luz del sol
derramada en dos claveles rojos
en un olivo y una exigua madreselva.
Acepta quién eres.
El poema
no lo ensombrezcas en la hondura de los plátanos
nútrelo con la tierra y las rocas que posees.
Lo demás-
cava en el mismo sitio y lo hallarás.


Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña

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