8/06/2014

LA SEÑORA ZEN, DE INCIDENCIAS (1931-1971?), DE CUADERNO DE EJERCICIOS II, DE SEFERIS

LA SEÑORA ZEN

Caminante: Una nuez huera, ¿por qué la
coges?
Matías: Quiero sacar una figurita.
Caminante: ¿No la tiras, viejo bobo? Levanta
y haz algo útil.

Contra tempo, senza brío.

Ayer tarde me quedé
sólo en mi alcoba.
Me habían ya cansado
mi trabajo y los papeles.
Así, ocioso, me apoyé
en la mesa inútil
viendo jugar una
mosca inquieta
en el cristal que me aislaba
de un viento frío
que malograba el día.

A la luz crepuscular
los pinos agitados
me trajeron el recuerdo
de aquellas manos
que buscaban palomas
en la noche cuando,
en un lecho aterrador 
iluminado por Hécate,
me abracé de improviso
al Eros muerto.
Jugaban mis dedos
con una nuez vacía
y una bellota
y otra aún más chica
y con unos palitos
de una caña que corté.
Como el pulpo en su antro
mi mente despacio
sentía los tentáculos 
desplegarse, extenderse
enrollarse secretamente
en torno a un cuerpo,

dobladas las rodillas
la piel desnuda.
Arreciaba el viento;
mi imaginación distraída
descendía, descendía
hasta las conchas sin parar,
los labios incisos,
la música cerrada

y estas pequeñeces
que formaba
con mis dedos
se esfumaban lejos de mí
hasta no quedar nada
sino un poco de veneno
y esta figurita
que llamo señora Zen.

Poros, 26-X-1946.


Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña

3 comentarios:

Mertxe dijo...


Este poema ha discurrido como un pequeño río nervioso por mi cabeza mientras escuchaba ese movimiento que tanto me gusta y del que nunca recuerdo el nombre (cuerdas y viento, amargura de una memoria trágica). Me gusta este Seferis fluyendo desordenado, al final y por tu culpa, acabaré poniéndole unos ciertos cuernecitos a mi griego de cabecera.

Glo dijo...

Le sentarán bien en su despejada frente...

Mertxe dijo...

(jis...)