"... ESQUILO
Sí, basta. Ahora quiero traer una balanza, pues es el único medio de aquilatar el valor de nuestra poesía y calcular el peso de nuestras palabras.
BACO
Vamos, venid. Me veo reducido a vender por libras el numen de los poetas, como si fuese queso.
CORO
Las gentes de talento son muy ingeniosas. Es ésta una idea peregrina, admirable y extraña que antes a nadie se le había ocurrido. Yo, si alguno me lo hubiese contado, no le hubiera dado crédito pensando que deliraba.
BACO
Ea, acercaos a los platillos...
ESQUILO Y EURÍPIDES
Ya estamos.
BACO
Recitad teniéndolos cogidos, cada uno un verso, y no los soltéis hasta que yo diga: ¡Cucú!
ESQUILO Y EURÍPIDES
Ya están cogidos.
BACO
Decid ya un verso sobre la balanza.
EURÍPIDES
¡Oh, si el Argos jamás volado hubiera!...
ESQUILO
¡Oh río Esperquio! ¡oh pastos de los toros!...
BACO
¡Cucú! Soltad. ¡Oh! el verso de Esquilo baja mucho más.
EURÍPIDES
¿Por qué?
BACO
Porque, a ejemplo de los vendedores de lana, ha mojado su verso, poniendo en él un río, y tú lo has aligerado poniéndole alas..."
Fragmento de Las ranas, de Aristófanes, traducido por un autor desconocido (con leísmo, ya corregido). La obra tiene la friolera de 2400 años, pero su humor es enteramente válido hoy en día.
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