11/26/2015

CONSIDERACIONES ACERCA DE "ME GUSTAN LAS MANZANAS"

Blanca y yo nos hemos parado a considerar "me gustan las manzanas". Frase corriente donde las haya. Buscamos en ella el sujeto sin poder encontrarlo, así que acudimos a la red, que nos condujo a una página del Estado. Una página para docentes (¡manda huevos!):

¿Quién es el sujeto?

- Manuel, tengo una pregunta importante.
- Dime, Raúl.
- ¿Puedes explicarnos cómo sabemos qué sintagma es el sujeto dentro de una oración? Estoy un poco liado. Yo había oído alguna vez que bastaba con que le preguntáramos al verbo quién. Bueno, pues yo lo he hecho y me sale mal. Mira, te digo el ejemplo que he estado viendo: "Me gustan las aceitunas". No sé cuál es el sujeto. Si le preguntas, ¿a quién le gustan las aceitunas? La respuesta es "a mí", pero yo sé que ese no puede ser el sujeto porque lleva delante una preposición.
- En primer lugar, Raúl, recuerda que, por mucho que preguntes al verbo, este nunca te responderá. Ya me dirás tú de qué forma y, además, es un mentiroso. Bueno, esto es una broma, pero nos sirve para entender cuál es el verdadero procedimiento que tenéis que seguir para distinguir el sujeto dentro de la oración. Escuchad:
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Aprende

El Sujeto es siempre un Sintagma Nominal (SN), que designa a la persona, animal o cosa de la que se expresa algo en la oración. Concuerda con el verbo en número y persona y no puede ir precedido de preposición.
- ¡Anda, ya lo entiendo! Entonces el sujeto de la oración que te he dicho es... ¡Las aceitunas!
- Muy bien, Raúl. Así es. Fijaos todos en cómo "las aceitunas" es un SN que concuerda con el verbo (gustan) en número (plural) y en persona (tercera). Probad a cambiarlo al singular y veréis lo que le sucede, inmediatamente, al verbo.

Como puede comprobarse, el autor del texto recurre a un diálogo, no para hacer uso de un medio facilitador, sino para librarse de teorizar y así verse obligado a ir al meollo del asunto. Pretende meternos doblado un corolario en lugar de la explicación que buscamos.

Y es que nosotros y los aludidos alumnos dudamos porque intuimos que el sujeto de la frase soy YO. Algo que nos asalta no solamente porque seamos muy sagaces, sino porque lo hemos observado también en portugués y en inglés:

- Eu gosto de maçãs.
- I like apples.

"Yo gusto (de) manzanas", dicen nuestros vecinos. 

Puede resultar más o menos complicado explicar qué pasó en el castellano para que el sujeto pasara a ser complemento indirecto y el complemento directo pasara a ser sujeto, pero la honestidad obliga al menos a dejar patente que existe una ambigüedad.

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