"... (al igual que vi en Varsovia, donde, después de la guerra, habían reconstruido una iglesia haciendo muros nuevos con pedazos de los antiguos sin tener en cuenta en absoluto la unidad estilística. El resultado era una iglesia nueva y antigua al mismo tiempo).
Este principio de reutilizar retazos de algo que en su día formase un todo unitario y que, incluso en ese estado fragmentario sigue siendo el símbolo de una realidad que existió en otro tiempo, aplicado al terreno de la música, donde encontramos elementos tradicionales como escombro, dada la constate presencia de hábitos del pasado en todas las formas de representación ante el público, significa un giro de 180 grados por lo que respecta al concepto de material. El material musical, por consiguiente, ya no consta de las materias primas sonido, sonoridad y color instrumental, ni de una especie de retícula temporal abstracta en la que insertar las combinaciones deseadas, sino que ahora también incluye figuras o fórmulas pre-configuradas y que reflejan la elaboración subjetiva de otro compositor, otro estilo, otra época, etc., a partir de dichos elementos básicos, es decir, pequeñas unidades complejas preexistentes. Estos pequeños extractos de un material ya compuesto antes en los que aún pueden identificarse los rasgos típicos de su época adquieren en este "sistema de reciclaje" artístico y al margen de su procedencia y su función originarias un nuevo lugar en un entorno ajeno y un contexto que, de por sí, no parece el adecuado. En la obra de Schnittke, estos montajes de citas o modelos estilísticos tienen además otra cara: su actividad como compositor para cine y teatro (algo bastante frecuente en los países socialistas por motivos económicos y por las posibilidades de experimentación que ofrecían) dio lugar a una extraña doble vida, de modo que el intentar renegar de esta faceta por otra parte habría restringido, o supuesto la pérdida de, las oportunidades de obtener algún provecho de ella..."
Este principio de reutilizar retazos de algo que en su día formase un todo unitario y que, incluso en ese estado fragmentario sigue siendo el símbolo de una realidad que existió en otro tiempo, aplicado al terreno de la música, donde encontramos elementos tradicionales como escombro, dada la constate presencia de hábitos del pasado en todas las formas de representación ante el público, significa un giro de 180 grados por lo que respecta al concepto de material. El material musical, por consiguiente, ya no consta de las materias primas sonido, sonoridad y color instrumental, ni de una especie de retícula temporal abstracta en la que insertar las combinaciones deseadas, sino que ahora también incluye figuras o fórmulas pre-configuradas y que reflejan la elaboración subjetiva de otro compositor, otro estilo, otra época, etc., a partir de dichos elementos básicos, es decir, pequeñas unidades complejas preexistentes. Estos pequeños extractos de un material ya compuesto antes en los que aún pueden identificarse los rasgos típicos de su época adquieren en este "sistema de reciclaje" artístico y al margen de su procedencia y su función originarias un nuevo lugar en un entorno ajeno y un contexto que, de por sí, no parece el adecuado. En la obra de Schnittke, estos montajes de citas o modelos estilísticos tienen además otra cara: su actividad como compositor para cine y teatro (algo bastante frecuente en los países socialistas por motivos económicos y por las posibilidades de experimentación que ofrecían) dio lugar a una extraña doble vida, de modo que el intentar renegar de esta faceta por otra parte habría restringido, o supuesto la pérdida de, las oportunidades de obtener algún provecho de ella..."
Extracto de "La música contemporánea a partir de 1945", de Ulrich Dibelius., encontrado aquí.
... Y una deliciosa sugerencia que muchas veces he hecho: Sinfonía nº3.
... Y una deliciosa sugerencia que muchas veces he hecho: Sinfonía nº3.
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