4/29/2016

SHOSTAKOVICH: INCORPORACIÓN AL SANTORAL

La palabra del Estado y de los grandes personajes de la sociedad es sagrada y hay que asumirla. No es posible desdecirse. Así que a Shostakovich, que toda su vida fue uno de los embajadores de la Unión Soviética, en los países enemigos de ese país durante la Guerra Fría hubo que inventarle un enfrentamiento con Stalin para poder admirarlo.

Aunque en sí misma es interesante, la insoportable levedad de la música obliga a arroparla con elementos ajenos a su naturaleza sonora (trajes caros, cuentos, historias y ensayos literarios, edificios monumentales...) para mantener su dignidad y aún su misma identidad.

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