10/01/2016

NIETZSCHE COMPOSITOR/ FILOSOFAR ES ASUNTO DE AFICIONADOS

"... ¿Cómo? ¿Nietzsche compositor? ¿Acaso ejerció la música en forma profesional? ¿Cuál fue su carrera en ese ámbito? ¿Se estrenaron sus obras? Ninguna respuesta parece satisfacer a la tertulia. Se origina entonces una discusión entorno a las categorías "profesional/ aficionado". El profesor, enojado, pregunta si alguien conoce algún "poeta profesional". "Es más -dice casi enrojeciendo- Nietzsche ni siquiera fue un filósofo profesional". Lou Andreas Salomé, su discípula, la mujer que él amó y que lo dejó sufriendo en carne viva al rechazarlo, sabía mucho más defilosofía que él. Pero él era el filósofo, y no ella. En rigor, ni la poesía, ni la filosofía, ni la música son "profesiones" en el sentido corriente del término (por lo que mal puede alguien convertirse en "profesional"). Las profesiones sirven para conseguir algo bien concreto y estas actividades son completamente inútiles para eso. Entiéndase: no son utilitarias. En el momento en que sirven a un fin ulterior a sí mismas, (cualquiera que sea: sustento, reconocimiento, etc.), se contaminan y se marchitan. Es por eso que prefiero pensar que en este terreno nadie pasa del nivel de aprendiz. O si ustedes quieren, de aficionado..."

Extracto del ensayo Nietzsche compositor, de Claudio Schulkin.

He llegado aquí por un interesante comentario de un portugués en este vídeo, en el que se menciona que Schnittke interpretó obras musicales de Nietzsche, quien le parecía un gran músico. Es una puerta nueva que se abre en este laberinto infinito de las cosas de las que disfrutar.

Por otra parte, no estoy de acuerdo con las afirmaciones de Schulkin sobre los profesionales y los aficionados. Vuelve a aparecer aquí el mismo mito que hizo de Miguel Hernández un pastor que consiguió ser poeta. Y es que todos nacemos analfabetos y completamente ignorantes. Tras adquirir conocimientos y habilidades y, en función de nuestra naturaleza, conseguimos ser esto o lo otro. Pero entonces parece la crónica social que es la historia, y con ella, el mito del genio, el relumbrón de la fama, que no es otra cosa que una admiración mágica por algo a lo que no sabemos cómo se ha llegado. Pero, como dice mi madre, al genio se llega por medio del trabajo. 

Que no nos quepa duda de que todos los filósofos necesitan, primero, hacerse profesionales del pensamiento, es decir: contar con el bagaje y las habilidades necesarias para llegar a aportar algo de interés. Y que todos los poetas necesitan hacerse primero profesionales de la lengua (aprender a leer y escribir, por ejemplo) para poder llegar a decir algo interesante. Le Corbusier no era arquitecto ni consiguió nunca el título, pero eso no significa que no se formara, que no adquiriera las herramientas necesarias para desarrollar esa profesión.

La complejidad, la coherencia tiránica y la vastedad del pensamiento pueden hacer que parezca que un filósofo como Nietzsche no pasó de aficionado. Pero es sólo un espejismo. Detrás de Nietzsche y de cualquier filósofo, de cualquier músico, de cualquier poeta, y en general, de cualquier buen "profesional", hay, fundamentalmente, esfuerzo, trabajo; no magia.

...

profesional

1. adj. Perteneciente o relativo a la profesión. 
2. adj. Dicho de una persona: Que ejerce una profesión.


profesión

Del lat. professio, -ōnis.

1. f. Acción y efecto de profesar.
 

profesar

De profeso.

1. tr. Tener o mostrar un sentimiento o una actitud hacia alguien o algo. Le profesan cariño, admiración.
2. tr. Defender o seguir una idea o una doctrina. Profesan su fe abiertamente.
3. tr. cult. Ejercer una profesión o un oficio. Profesaba la medicina en una aldea.


oficio

Del lat. officium.

1. m. Ocupación habitual.

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