4/04/2021

SOBRE LA NECESIDAD DE ENTENDER EL ARTE CONTEMPORÁNEO

Es muy interesante observar que los artistas raramente dan este tipo de explicaciones. Suelen darlas los medios de comunicación. Y es que estas "aclaraciones" (cuando llegan a serlo), son ciertas solamente en parte. Decía Luis de Pablo, el compositor, que la música no podía explicarse con palabras, porque entonces dejaría de ser música y empezaría a ser literatura. Pero esto tampoco es del todo cierto, pues sí se pueden transmitir los motivos estéticos; es decir, las ideas que desembocan en la obra. Pero el hecho de que los artistas no acometan esta labor didáctica es un síntoma de la dificultad que supone hacerlo. Sucede igual en filosofía: hay filósofos y filosofías didácticos, y filósofos y filosofías que son practicamente inaccesibles sin una figura mediadora.

Yo prefiero otras interpretaciones (que serán no menos parciales que aquellas):

El arte tuvo, aproximadamente en los años sesenta del siglo pasado, un momento álgido, interesantísimo, caracterizado por la casi entera independencia del artista respecto del público. El artista no tenía que plegarse al gusto del público para sobrevivir (había dinero para ello en uno de los momentos más prósperos de la historia), de manera que pudo desarrollar hasta el límite su arte. El artista no se movió hacia el público, sino que fue el público el que tuvo que poner de su parte para "llegar" a esos productos artísticos. De ahí la dificultad que encontró el público en "comprender" aquellas obras. Comprenderemos perfectamente esa dificultad leyendo una explicación musical de una obra de Giorgi Ligeti:

"Ramificaciones, para 12 cuerdas (u orquesta de cuerdas), (1968-1969)

Las ramificaciones se pueden realizar con doce cuerdas solistas o con una orquesta de cuerdas en doce partes. Las fuerzas se dividen en dos grupos: el primero está formado por tres violines, viola, violonchelo y contrabajo; el segundo son cuatro violines, viola y violonchelo. El último grupo toca reajustado, a un cuarto de tono por encima del primer grupo. Ligeti utiliza un proceso rítmico en Ramificaciones que es similar a una técnica utilizada en la pieza para clavecín Continuum (1968), escrita aproximadamente en la misma época, en la que pequeños motivos que se repiten rápidamente se combinan entre sí formando nuevos "nodos" rítmicos y macrorritmos pulsantes . En sus Atmosphères anteriores (1961), Ligeti creó una textura amorfa e indefinida al yuxtaponer el mismo material melódico en muchos tempos diferentes. En Ramificaciones, aplica un principio análogo al tono. Al afinar los dos grupos de instrumentos con un cuarto de tono de distancia, inició una situación de interpretación en la que los dos grupos intentarán inconscientemente volver a sintonizarse entre sí. Los diferentes grados en que los intérpretes realizarán esta "corrección" produce el mundo armónico desenfocado de Ramificaciones: no hay armonías cromáticas o diatónicas "puras", ni armonías de cuartos de tono "puras". Es el potencial de la entropía de lo que disfruta Ligeti, desde estas vaguedades entonacionales hasta el absurdo semántico de las piezas de Aventures, hasta el aparato mecánico defectuoso del Concierto de Cámara y el Poème Symphonique. Ramifications comienza de manera similar al Concierto para violonchelo (1966), con una estrecha gama de tonos que se expanden gradualmente mientras también ascienden. El ascenso conduce a una casi estasis antes de que la textura se espese y algo así como una verdadera melodía interviene, fugazmente. Los cambios repentinos en la dinámica marcan la segunda mitad de la pieza, en la que la textura predominante vuelve a patrones rítmicos de cambio de fase. Aproximadamente en la marca de los siete minutos, el contrabajo en su rango más bajo señala el comienzo del final. Los altos armónicos de los violines se unen al bajo en un reflejo de los momentos finales del primer movimiento del Concierto para violonchelo. [allmusic.com]

Arte de Markus Lüpertz
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Aunque no sepamos nada de composición musical, podemos entender que Ligeti busca desarrollar algo diferente a lo que quienes formamos parte del público solemos buscar en una obra musical, como puede ser el ritmo, la melodía, el programa... Entendemos que Ligeti está experimentando con otros conceptos que nos son tanto más incomprensibles cuanto menor sea nuestra formación musical. Para llegar a "comprender" plenamente el texto, tendremos que poner un notable esfuerzo de nuestra parte.

Sin embargo, aún existiendo esa dificultad, podemos escuchar la obra, e incluso llegar a disfrutar de ella. Nos perderemos una parte de su interés, pero no perderemos todo; como también nos sucede con Guillaume de Machault, Mozart o Bach.

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