Oigo en los medios que a una diputada se le ha ocurrido la gracia de decir que el término "patria" no le gusta, supongo que porque menciona sólo a los padres y no a las madres. También he oído que al resto de la cámara, igualmente irrespetuoso y osado para con esta lengua que escribimos y leemos, le ha parecido bien, y que ahora un país va a ser una "matria", en lugar de una patria.
Estos antecedentes muestran una situación preocupante: la llegada al poder de la ignorancia, (o mejor dicho, de una sabiduría mediocre), y la indiferencia e impotencia de la sociedad ante estos y otros atropellos.
Ignora la señora diputada que, aunque las palabras tienen un origen determinado, con los siglos alcanzan un significado que usamos para comunicarnos; para poder decir lo que deseamos decir inequívocamente. Así el término "manzana" hace referencia a un antiguo cultivador de ese fruto, que se hizo famoso y cuyo apellido terminó desplazando el nombre común del fruto, que era "malus". No parece razonable que nos pongamos reivindicativos, tantos siglos después, y pretendamos retomar el antiguo término común. Basta con ir a la tienda y pedir un kilo de manzanas. Sin más. Manzana es el fruto del manzano, y el origen del término es indiferente.
Con el término "patria" sucede lo mismo. En este caso, sin embargo, la ocurrencia de una persona que se cree poseedora de la verdad, sin cuestionarse nada, tiene más repercusiones. Porque tirando de ese hilo, empezaremos a confundir matrimonio con patrimonio, términos que designan objetos muy diferentes. Y los juegos lingüísticos del congreso nos pueden llevar, con sólo quererlo sus señorías, a auténticas barbaridades, como la de aquel que en Wikipedia quiere imponer el neologismo "exclave" sólo porque se le ha ocurrido y para mayor gloria de sí mismo. Así, con la misma falta de respeto por esta lengua que la que ostenta la diputada, yo también propongo crear dos nuevos términos: "yeguo", que será sinónimo de caballo, y "caballa", que será sinónimo de yegua. Y todos felices.
Si deseaban un término nuevo, porque el de patria quedó ligado a la última dictadura, podrían haber elegido el latino "parentes", que designaba a los progenitores (parece estar relacionado con parir), y haber creado"parentia", aunque sea un neologismo horroroso. Pero creo que a su señoría sólo le interesaba el "efecto" y no la coherencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario