La sucupira ha recibido un lijado y una mano de aceite que la ha dejado casi negra. Es una madera pesada, difícil de trabajar debido a que se comporta como una pasta, ofreciendo mucha resistencia en su roce con el metal. Por contener taninos usé acero inoxidable en bisagras y parte de la tornillería para prevenir corrosiones.
Ha sido un trabajo mezcla de procesos industriales (originalmente eran piezas machihembradas de tarima, que mandé cortar longitudinalmente), y artesanales.
Comencé a trenzar cuerda vegetal entre los listones verticales, pero desistí de la labor porque se deformaban.
Disponía de tiradores metálicos, pero es cómodo agarrar cualquier listón vertical.


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