25.10.22

FRITZ MULIAR O JOSEF SCHWEJK

En las largas y solitarias jornadas de mis vacaciones infantiles veraniegas en el sur de Lugo había mucho tiempo. En una visita a una de las librerias de la calle Cardenal, de Monforte de Lemos, compré un libro cuya portada de hizo gracia: Las aventuras del bravo soldado Schwejk. Entonces no sabía que en muchos otros lugares de este continente la j se pronuncia como i, por lo que el título me chocó aún más por impronunciable.

Creo que leí antes el libro que vi la serie televisiva protagonizada por Fritz Muliar, que resultó el mejor de los actores que dramatizaron el personaje, con su cara regordeta, sonrosada y candorosamente sonriente. Me gustó el libro, y me gustó la serie: un despropósito aterrador y divertido a un tiempo, escrito por Jaroslav Hasek, y ambientado en Praga y otros lugares del imperio Austro-húngaro durante el comienzo de la Primera guerra mundial, en el que el personaje logra sobrevivir gracias a su aparente idiotez y cachaza. Seguramente era una lectura prescindible (escrita en checo, traducida al alemán, y de éste al castellano), pero no hay libro del que no pueda sacarse algún provecho, o al menos con esa fe lo leí. Y también es seguro que pasara por alto la plúmbea narrativa, típica de los productos cinematográficos centroeuropeos. En definitiva también eso formaba parte del exotismo que después me cautivó hasta terminar yendo varias veces a Alemania... Total, para no conseguir enterarme de nada.

La visión de los primeros capítulos de esa malísima serie titulada en castellano Rex, un comisario diferente, en los que Fritz Muliar tiene un pequeño papel de policía jubilado, y la lectura del artículo que Wikipedia le dedica, me han devuelto al actor y al personaje Josef Schwejk, ya que la biografía del primero se parece a lo que sucede en la ficción al segundo, pero en otra guerra mundial (de abuelos católicos, padrastro judío que tuvo que exiliarse al otro lado del charco y padre simpatizante de los nazis, estuvo a punto de ser fusilado, fue enviado al frente ruso...).

En fin: tampoco esta reseña conduce a ninguna parte: un pequeño entretenimiento de esos con los que a los políticos les gusta distraernos, mientras Rusia invade Ucrania y la crueldad y el absurdo vuelve a instalarse en Europa, que se sume, una vez más, en la miseria.

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