5.3.24

NEWCASTLE REVISITADA

A comienzo de la década de 1970 a nadie se le habría ocurrido que Newcastle pudiera llegar a ser un lugar turístico. Pero resulta que en nuestras preferencias no siempre respondemos a los estímulos previstos. Y así el sol y la buena temperatura no siempre pueden competir con la añoranza de aquellos tiempos pasados de nuestra niñez.

Newcastle tuvo como involuntaria embajadora en 1971 la película Asesino implacable, dirigida por Mike Hodges, y protagonizada por Michael Caine. La película muestra una realidad marcada por una industrialización en decadencia que apenas dejaba resquicios para nada que no fuera ella misma: contaminación, precariedad, delincuencia...

La película de Hodges no dejaba en buen lugar Newcastle, y de hecho pareció una disculpa la declaración del director de que solamente había querido hacer un producto en el que la vida de los mafiosos presentara su lado sórdido, en lugar de divertido, que parecía ser, según él, lo habitual en la época.

Pero las décadas pasaron y las cosas cambiaron: la industria desapareció; las sucias orillas se convirtieron en paseos arbolados; el río y el aire dejaron de ser cloacas... Y los niños de entonces crecieron y maduraron. Y un día alguien se dio cuenta (quizá porque Sting cantó a los protagonistas de aquellos tiempos), que había mucha gente sintiendo nostalgia de todo aquello, incluida, parece mentira, la oscuridad, la lluvia, la sordidez. 

Todo lo dicho puede que fuera lo que dio lugar a un producto como la serie policíaca Vera, que recupera, no sólo el lugar, sino la estética feísta que los nostálgicos deseábamos. Porque la desembocadura del Tyne y los páramos de Northumberland no solamente resultan evocadores para los británicos, sino también para los bilbaínos como yo.

Fotografía de la desembocadura del río Tyne desde North Shields, encontrada aquí.



Fotografía de la desembocadura del río Nervión desde Portugalete, encontrada aquí.



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