5/10/2024

SUBURBIOS DE LA HABANA


Recuerdo haber vivido en condiciones parecidas a estas en mi niñez: autoconstrucción, basura, malos olores... No era agradable, desde luego. Pero si lo comparo con la situación actual, en la que aumentan las imposiciones tiránicas (totalitarismo informático; obligación de hacer obras y trámites para beneficio del Estado; persecución por actos antes normales (hacer fuego, reñir con alguien, conducir a velocidad prudente...); obligación de creer en los dogmas de la nueva religión de Estado del ambientalismo; obligación de seguir pagando la vivienda que me han expropiado...), y en la que hay cada vez menos derechos (no teniendo dinero no se puede comprar una vivienda propia, ni hay derecho a autoconstruirla (hay que pasar por un laberinto inextricable de trámites, pagos e impuestos), no se tiene derecho a médico, no se tiene derecho a un abogado; se expropian y destruyen las huertas urbanas que sirven de recreo y sustento...), aquello se me antoja el paraíso.

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