7/23/2024

ARTEMISA, LA DIOSA Y SUS PLANTAS

"... Diosa de los límites y de la transformación, Artemisa, la siempre virgen, la contradictoria (Artemisa era entre los griegos diosa de la caza y, sin embargo, protectora de los animales del bosque; diosa virgen, es la guardiana de la virginidad, pero como preparación para el matrimonio), la salvaje, siempre ajena a lo masculino y sin embargo de virtud masculina (Al igual que Atenea que, al ser diosa de la sabiduría, desarrollaba una aptitud que los griegos consideraban propia del varón), fue hija de Zeus y de Leto y, como su hermano Apolo, nació en la isla de Delos; portadora de arco y saetas de oro, compañera de ninfas y cárites en la danza y los cantos, deidad nubosa en sus orígenes, está asociada con la "Señora de las fieras" cretense y con la Diana itálica, Diana Nemorensis (Diana de los bosques). Para los griegos, es extranjera y, sin embargo, tiene fisonomía y personalidad típicamente griegas: sin duda, es una de las diosas más enigmáticas del panteón griego.

Señora de los montes umbríos y las cumbres expuestas a los vientos, es la dueña de las altas montañas que sólo baja a las ciudades al llamado de mujeres que se encuentran en parto difícil. Ella es la diosa que custodia los caminos y los puertos, habitante de islas cedidas por Zeus, proveedora del salvaje alimento de los cíclopes por haber recibido de ellos arco, carcaj y flechas. La amante de Anticlea y de la ninfa Britomartis, la adorada por las amazonas, Artemisa es la diosa de las zonas limítrofes, de las fronteras, de lo que es propiamente el reino del Otro, puesto que, en el pensamiento occidental, el bosque es refugio de los vencidos y marginales, de los bandidos y aventureros, asesinos y fugitivos.

Por ello, podemos afirmar que el hábitat de Artemisa, ese mundo de soledad y de peligro, es el propio de las pruebas iniciáticas: es, a la vez, el ámbito de lo salvaje, esto es, de la alteridad, de lo opuesto, y de la naturaleza en cuanto ayuda al autoconocimiento.

Por ello, Artemisa es protectora de las crías, tanto de los humanos como de los animales, es decir, de aquellos seres que todavía no tienen nominación ni propiamente ser en el mundo griego; ella los hace madurar y los transforma en adultos al darles identidad social. Asimismo, ella es la diosa que protege el paso de niña a mujer; sin embargo, como por su virginidad ella rechaza el matrimonio, es decir, la realización de la feminidad, abandona a la niña cuando ésta se convierte en mujer: Artemisa desaparece en el momento en que se franquea el límite..."


Fotografías mías, tomadas en julio de 2024 en Campoo de un espécimen de Artemisia sp.







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