5.7.24

LA CADUCIDAD DE LO CLÁSICO

Fue un razonamiento fundacional: dedicarme por entero (como oyente), a la música clásica y no a otra, como manera de escapar a lo efímero de las modas, lacra de otras músicas, que las hacía tristes a mis ojos. Desconocía entonces que el razonamiento estaba mal fundado, pues no hay NADA que escape a la erosión devastadora del tiempo; ni siquiera lo clásico, que por definición parecería estar a salvo.

Así que entiendo que resultará comprensible que mi descubrimiento, reciente, de que el año 1935 fue el de composición de la última obra de la música clásica, haya sido para mí impactante.

Propongo, a continuación, el tercer movimiento, allegro misterioso, de la Suite lírica del compositor austríaco Alban Berg, último autor de música clásica:

 

No hay comentarios: