14.10.24

AMBIENTALISMO: EL NUEVO ORDEN

Por supuesto que hay facetas objetivas en los dogmas de la nueva religión de Estado; claro que hay medidas claramente beneficiosas para con el medio ambiente... Pero nada de eso interesa ni al Poder, ni al Nuevo Pueblo de Dios. El ambientalismo sólo les interesa en la medida en que reproduce los viejos patrones religiosos, tan añorados: moralidad proclamada por vociferantes profetas que anuncian el apocalipsis; supuestos pecados de lo que sentirse culpables, y lo más importante: recaudación de diezmos y concesión de bulas para aliviar el sentimiento de culpa. El Poder desea de nosotros que nos sintamos culpables y deseosos de poner nuestro dinero a su entera disposición, aunque, finalmente y por desgracia, ese dinero no tendrán como finalidad nada relacionado con el medio ambiente.

Fomentar el cultivo de huertos urbanos gratuitos es beneficioso para el mantenimiento de especies silvestres en el medio urbano, pero eso no genera beneficios para las arcas públicas. Así que no se hacen estudios de impacto medioambiental de estos huertos, que demostrarían que los setos perimetrales espontáneos son el reducto y la esencia de su efecto beneficioso. En su lugar, se toman medidas conforme al gusto e intuición de un técnico municipal, un edil, un grupo político: ausencia de setos, y obligatoriedad de setos monoespecíficos... Todo "bonito" y estéril. Tampoco se hacen estudios de impacto social, que revelarían que el cobro siempre abusivo de servicios públicos, o la prohibición de construcciones auxiliares destruye su viabilidad.

En lugar de estos huertos, el Poder decidió, a finales del siglo XX, fomentar segundas residencias para beneficio del Mercado, e indirectamente, de la Administración pública (impuestos a materiales, impuestos a la mano de obra, licencias, IBI...). Es difícil imaginar nada más alejado de la cacareada sostenibilidad que una vivienda unifamiliar aislada con jardín perimetral: máximo gasto en calefacción y refrigeración; máximo gasto en mantenimiento (especialmente la cubierta); máximo gasto en transporte (al menos dos coches particulares por vivienda); máximo gasto en construcción y mantenimiento de viales de acceso, de redes de abastecimiento de gas, agua, electricidad; máximo gasto en redes de recogida de aguas residuales, basuras... Y el negocio no ha dejado de producir beneficios ahora que se ha criminalizado la posesión de segundas viviendas y se prohíben los vehículos económicos. 

Este es el panorama creado por los "protectores del Planeta", que siguen planteando un incesante crecimiento urbano con zonas verdes consistentes en césped y arbolitos, que, como todo el mundo sabe, son lo que compone la "naturaleza". 

Se publican catálogos de exóticas invasoras, pero se obliga a pagar por la destrucción de los restos de podas, de manera que los mismos terminan en las escombreras y en el entorno de las urbanizaciones residenciales. También se oculta que la Administración pública sigue cultivando Cortaderia en la A8. Y se hacen campañas de erradicación de Cortaderia, pero las mismas se ciñen a áreas bien visibles por el electorado.

La Administración pública "protege" los divinizados arbolicos con multas de cinco ceros, y cobra por los permisos de tala, lo que supone "de facto", la prohibición del cultivo de árboles para eludir el afán recaudatorio subyacente.

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La Naturaleza, el medio ambiente, no producen rentabilidad, y por tanto, no interesan a nadie. El conocimiento y cuidados pertinentes para su buena salud pueden ser y son sustituidos por mera palabrería de moda, que no necesita justificación para ser usada porque el público es superficial y no exige coherencia, de manera que sólo "funcionan" como consuelo, o para dar brillo social: "sostenible", "ecológico", "natural", "saludable", "verde", "bosque", "naturaleza", "biodiversidad", "ecosistema"... aparecen en documentos y discursos desconectadas de su sentido, a modo fórmulas religiosas, como lo fueron antes "Ave María Purísima", "amén", "y la paz", "buenos augurios", "que Dios te acompañe", "que Dios te bendiga", "demos gracias a Dios", etc.

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