"... -Por consiguiente, nuestra alma es más conforme que el cuerpo con la naturaleza invisible; y el cuerpo más conforme con la naturaleza visible.
-Es absolutamente necesario.
-¿No decíamos que cuando el alma se sirve del cuerpo para considerar algún objeto, ya por la vista, ya por el oído, ya por cualquier otro sentido (porque la única función del cuerpo es atender a los objetos mediante los sentidos) se ve entonces atraída por el cuerpo hacia cosas que no son nunca las mismas; se extravía, se turba, vacila y tiene vértigos, como si estuviera ebria; todo por haberse ligado a cosas de esta naturaleza?
-Sí.
-Mientras que cuando ella examina las cosas por sí misma, sin recurrir al cuerpo, se dirige a lo que es puro, eterno, inmortal, inmutable; y como es de la misma naturaleza, se une y estrecha con ello cuanto puede y da de sí su propia naturaleza. Entonces cesan sus extravíos, se mantiene siempre la misma, porque está unida a lo que no cambia jamás, y participa de su naturaleza; y este estado del alma es lo que se llama sabiduría.
-Has hablado perfectamente, Sócrates; y dices una gran verdad.
-¿A cuál de estas dos especies de seres te parece que el alma es más semejante, y con cuál está más conforme, teniendo en cuenta los principios que dejamos sentados y todo lo que acabamos de decir?
-Me parece, Sócrates, que no hay hombre, por tenaz y estúpido que sea, que estrechado por tu método, no convenga en que el alma se parece más y es más conforme con lo que se mantiene siempre lo mismo, que no con lo que está en continua mudanza.
-¿Y el cuerpo?
-Se parece más a lo que cambia..."
Fragmento de Fedón, de Platón.
...
Llevo un tiempo detenido en estas páginas porque me sorprende la nitidez de la dicotomía entre cuerpo y alma, que identifico dentro de la cultura católica a la que pertenezco, pero con la que no estoy de acuerdo. Dentro del catolicismo se trata de una verdad en la que se debe creer, pero para Platón es una construcción objetiva desligada de una fe, y por tanto, cuestionable.
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