Estas dos columnas sobre las que descansan sendos ciervos quizá fueron pensadas como un oxímoron visual que evoca la impresión masiva del coloso con la contraria livianidad de esos estilizados animales, cuya delicadas extremidades y cornamenta (la del macho al menos), parecen disolver el conjunto conforme se eleva la mirada.
Fotografía con los amarillentos colores de una Polaroid, encontrada aquí.
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