El oráculo de Delfos dijo de Sócrates que era el hombre más sabio de Grecia, lo que parece que le sorprendió. Él, que ejercía la duda y afirmaba no saber nada, ¿cómo podía ser el portador de la mayor sabiduría? Era una paradoja molesta, sin duda. El comienzo de la filosofía resultaba, por tanto, también, su final, pues la sabiduría resultaba consistir solamente en la conciencia de la propia ignorancia. Una tragedia.
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