Este gran volcán europeo apareció hace 500.000 años, en los albores de nuestra especie (o mejor, de nuestra expansión como especie).
Como muchos accidentes geográficos (como algunos ríos), tiene dos nombres: Gibellu, para la montaña (la parte fértil), y Etna, para el cono volcánico (la parte estéril).
Lo singulariza su constante actividad efusiva de lava y gases; algo al parecer ligado a la inestabilidad de su estructura geológica (que propicia nuevas intrusiones de lava en el cuerpo del volcán, y por tanto, nuevas erupciones), y a su constante desplazamiento hacia el este. Esta actividad parece evitar erupciones muy violentas, pero no siempre. Así, en algún artículo leí que el mito del Diluvio universal tiene por origen un gran colapso del Etna, que creó una gigantesca ola que arrasó las costas del Mediterráneo oriental.
(Información encontrada aquí).
El Gibellu/ Etna desde Reggio di Calabria.
Fotografía encontrada aquí.
El Gibellu/ Etna desde la isla de Malta.
Fotografía encontrada aquí.
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