4.5.25

PARA PERMANECER, DE CONSTANTINOS KAVAFIS

PARA PERMANECER


Sería la una de la mañana, o la una y media.

En un rincón de la taberna; detrás de la mampara de madera. Aparte de nosotros dos, el local totalmente vacío. Un quinqué de petróleo apenas lo alumbraba. Dormitaba, en la puerta, el camarero del turno de noche.

Nadie podía vernos. Pero nos habíamos ya excitado tanto que fuimos incapaces de tomar precauciones.

Nuestra ropa entreabierta -muy ligera-pues abrasaba el divino mes de julio.

Gozo de la carne a través de la ropa medio desabrochada; rápida desnudez de la carne, cuya visión atravesó veintiséis años; y viene, ahora, para permanecer, en estos versos.


Constantinos Kavafis. Traducción de Ramón Irigoyen.

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