UNO MISMO

Hago una relación de virtudes, defectos y otras características mías, tomando como guía el octálogo del señor Sentís:

1- Me definiría como Homo sapiens vulgaris. Tengo un aspecto tan común y corriente que, al ir por la calle, muchas veces suelen saludarme confundiéndome con otras personas. Sólo espero no llegar a ser víctima de una agresión por ese motivo...
2- A mí también me gustó "2001 una odisea espacial", aunque no tanto la película como el guión escrito entre Stanley Kubrick y Arthur C. Clarck, mucho más chabacano y facilón, pero que resultó ser lo que necesitaba el adolescente que yo era entonces... A los de nuestra generación no nos tocaron ya los western de Ford, con los que se emocionaron Garci y compañía, sino los subproductos de los setenta y aquellas infumables teleseries, que al menos a mí, me dejaron un sabor de boca de lo "estadounidense" muy distinto (como a cuerno quemado).
3- He sido asiduo, obsesivo lector de Rudyard Kipling, que me ha procurado un exotismo mucho más de mi gusto que el de otros autores. Las aventuras que escribió Pío baroja sentado en un sillón de Itzea, también me hicieron mucha compañía.
4- En cuanto a mis defectos, como dirían en América, no más termino de aceptarme.
5- Soy de altiplanos y páramos desolados. El mar carece de interés para mí, aunque disfruto de la brisa, del aroma de las algas y del trajín del puerto. Pero como paisaje, no me emociona.
6- Siempre digo que hice el servicio militar en los boy-scout. Después de unos años, coloqué en un platillo de la balanza: el haber tenido que montar y desmontar la tienda de campaña bajo la lluvia; el haber tenido que dormir empapado y muerto de frío; el haber tenido que lavarme con agua helada; el haber tenido que soportar diarreas sin el concurso de un mal rollo de papel higiénico; el haber sudado como un pollo, y otras lindezas por el estilo, y en el otro platillo: las vistas desde las cumbres; el caminar en la niebla, o el sonido de los campanos de las vacas en la madrugada... y el fiel se inclinó de tal manera, que no tuve la menor pena en desertar.
7- Yo también estuve casado y tengo una hija. Con la primera aprendí mucho y disfruté porque nos compenetrábamos en nuestras aficiones artísticas; de la segunda, ¿qué montón de cosas buenas no diré?
8- En el amor soy perezoso, y aunque me duele el deseo como a todo Dios, prefiero sacar fotos, pasear y dormir, a salir por la noche en busca de compañía; labor para la que no estoy dotado por mi timidez y mi escaso atractivo.

Amén.