5/16/2012

LA GLORIA DE ALBERTO

Alberto, al cocer, se pone tierno
al hervir, sus durezas de van al cuerno
y me mira con ojillos de cordero, Alberto.

...

Era discreta la poeta.
Vivía
en una casa sin jardín ante la puerta,
en el barrio de Chamartín.

Arrastraba
su presencia varonil,
su voz rota de fumar,
sufrimiento infantil,
sufrimiento juvenil,
y el carrito con el pan.

(A Gloria Fuertes, que vivía en Alberto Alcocer)

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