El Dr. Rothlauf fuma un cigarrillo mientras contempla
el canal de Poros,
la Sra. Zen es muy provocativa, fantástica creación
de un indigente.
El Dr. Rothlauf tira el sombrero y apoya su bastón en
una ostra.
la Sra. Zen amenaza con mandar a paseo el mundo: su cabeza
es una nuez vacía.
El Dr. Rothlauf, con sus ojos de miope, examina los
desechos del mar, cosas extrañas y a veces
interesantes,
la Sra. Zen empuña espada y broquel; lleva un casco
con peñacho.
El Dr. Rothlauf va impecable: abrigo de camello, cigarrillos
Papastros del dos,
la Sra. Zen (ha dicho la pitonisa) debe abrir el ojo para
encontrar al jovencito que en el frío le dé calor.
El Dr. Rothlauf anda embelesado, hechizado, transportado
por las cabriolas de los peces -
¡Deshoja la margarita, Matías!... ¿Se encontrarán?...
¿no se encontrarán?... ¿se encontrarán?...
Poros, 31-X-1946.
Yorgos Seferis/ Pedro Bádenas de la Peña
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