Encuentro una descripción aquí de los paisajes de mi infancia (los paisajes del Gran Bilbao), y he recordado, de golpe, toda aquella mierda que nunca dejaba de sorprenderme.
El pulcro paisaje navarro resultó, así, un espejismo cegador; una experiencia feliz que guardo como consuelo... Pero mi sitio está aquí, en esto que ahora es una ruina, porque no tengo más elección y porque lo demás no es que sea mentira, sino que no es verdad.
(Imagen superior: playa de Tunelboca. Las "rocas" oscuras son escorias metalúrgicas arrojadas al mar)
2 comentarios:
Sí, ésas fueron también mis costas cercanas. Y los solares transformados en estercoleros de un Rentería absolutamente envenenado por los gases y humos de tantas fábricas e industrias dependientes. Y su río Oiartzun, contaminado hasta el extremo de no parecer un río sino, más bien, una pista de grasa...
Tarkovski en "Stalker" construye un camino ascendente a la divinidad en toda esa mierda.
Es la típica película europea aburrida (de las que me gustan), pero merece la pena verla aunque sólo sea por rememorar todo aquello.
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