Un barrio ni pequeño ni grande,
de acceso difícil, en el que el tiempo parece transcurrir algo más lentamente que en otros lugares.
Allí me encontré unos árboles desmochados que parecen manos sosteniendo el cielo,
a cuyos pies han brotado ya las primeras flores.
Están inclinados, supongo que por el viento.
Son plátanos (Platanus hybrida).
Y si éstas, en lugar de palmeras canarias, fueran datileras, también hablarían de dedos...
2 comentarios:
Hombre de plataneras ornamentales han llenado buena parte de nuestros jardines del sur, luego vino el hongo o lo que sea llamado garfiosis y hubo que talar a toda pastilla.
Se pusieron a sembrar palmeras a todo plan, los invernaderos no podía con toda la demanda y para suplir la escasez se importaron palmeras de Egipto, muchísimas para Marbella, pero hete ahí que venían con el escarabajo rojo, voraz a más no poder y ahora es una pandemia de ese coleóptero lo que tenemos acá.
La Junta de Andalucía no da abasto para la destrucción de palmeras destrozadas, la empresa que tiene la concesión confiesa estar colapsada.
Eso pasa con las importaciones sin miramientos.
Saludos.
Las plantas, no obstante, son especialmente sensibles a las enfermedades. Seguramente porque carecen de mecanismos de defensa como los que tenemos los animales. No hay especie que no termine sucumbiendo, tarde o temprano, al azote de una plaga.
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