21.2.08

EUGENIO ONEGIN



Ópera de Tchaikovsky basada en un relato de Alexander Pushkin. Lo que me sorprende de ambas obras es que, no desarrollando un argumento especialmente atractivo y siendo tan "de su momento", sigan despertando interés, y sean una y otra vez rescatadas del olvido en el que parecerían destinadas a caer.

Ésta es una de sus arias más famosas, inmediatamente anterior al momento de mayor tensión dramática de la obra, que al contrario de lo que suele suceder en otras óperas, no se encuentra al final, sino justo en su punto medio.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sorry. Look please here

Anónimo dijo...

GloGlo...

Tú mereces un millón de comentarios.
Estoy segura que te leen muchas personas.
Quizás no comentan por timidez.
Mi desconocimiento musical es vergonzoso. El aria es conmovedora.
Las fotos de Castro, los plátanos, las palmas y los dedos, increíble.
El que hayas mostrado (desconocimiento supino again) a Bolívar...(sabía que existía pero no que había tantísimas referencias a...) con ese cementerio (me enamoré)...no tengo palabras...

Por eso y más tu blog es uno de mis favoritos.

Lleno de belleza y comentado con sabor, sarcasmo y humor.

Gracias por eso, Glo.

besitos.

Glo dijo...

Sorry, but I think you should comment something here first, dear fox.

Glo dijo...

mo, eres un gran apoyo. No tengo palabras para tus palabras...

Mertxe dijo...

Pues a mí gustan. Los dos. Confieso que Chaikovski me da un poco de miedo. A veces pasa. A veces un autor es capaz de ponerte en pie a todos los fantasmas que te habitan. Chaikovski en música, Dostoievski en letras... De todas formas vuelvo a ellos yo también, en cuanto me pillo por sorpresa.

Glo dijo...

Dejarse arrastrar por sentimientos trágicos o melancólicos es coherente con la estética romántica de esas obras, ¿no?

:)