27.2.08

PEQUEÑA GUÍA DE CASTRO-URDIALES

La lluvia es algo absolutamente imprevisible en el Cantábrico. Rezaremos para que no llueva, porque Castro está muy expuesta al mar y los días malos no se puede caminar por ningún sitio.

Es una población muy pequeña, así que no hay que esperar grandes sorpresas, aunque también es lo suficientemente grande para resultar incómodo recorrerla a pie...



Para ver destacaría: en el sur, la ría, la playa de Brazomar y el palacio Ocharan; en el centro, la parte antigua, el puerto, los restaurantes, la catedral gótica y los acantilados que hay detrás de ella, y finalmente, en el norte, la playa de Ostende y el cementerio.



Fuera del núcleo principal, lo que más me gusta es la playa de Oriñón y el pequeño puerto de Islares.

Pero quiero insistir en que no hay que hacerse muchas ilusiones... En mi opinión es una geografía de valor... pero cotidiano.

4 comentarios:

Mertxe dijo...

De Castro-Urdiales es una rama política (sielooss... qué mal suena esto) de mi familia. Yo estuve siendo muy enana, así que no recuero otra cosa que el ruido del mar y ese fuerte sabor a sal -a qué otra cosa- que se incrustaba en los labios. No sé si llovió, más allá de lo sensorial no recuerdo nada de nada. Debería volver...

Glo dijo...

Cualquier excusa es buena excusa para darse una vuelta. Castro ha cambiado mucho en los últimos años: ha crecido , pero mal... Otra oportunidad perdida.

Lena yau dijo...

Y yo loca por ir...

Al final será Lisboa.

También me entusiasma pero no tanto como el mar de Castro.

Iré.

(gracias)

besos

Glo dijo...

Buena alternativa.

Nunca he estado.

:)