Si alguien me pidiese una descripción de Madrid, le diría que se comprase un buen catálogo de fotografías de García Alix. Su obra es el retrato de lo que queda de nosotros después de ser arrastrados, corneados y vejados por la vida. Sólo paisaje humano. No creo que llegue a "fotógrafo oficial" de la Corte, porque la verdad es molesta, pero bien lo merece este hombre que se representa a sí mismo llorando con los puños apretados.
2 comentarios:
Me pica la curiosidad...
Pues satisfácela porque aunque no es un autor de "belleza y agrado", sí lo es de "carácter"; un tío que fotografía gente porque gusta de bregar con la gente.
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