Qué tranquilidad en este césped cortado hace poco tiempo,
en este cielo de mañana de domingo,
en las muchas persianas cerradas,
y en el repentinamente sonoro piar de los gorriones.
Duermen todavía los parques y las calles,
y las cosas en los balcones;
Duerme el colegio,
guardan silencio los alrededores del mercado,
y la otrora bulliciosa terraza del café.
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