6.1.11

ERNAUX

Siempre que estoy triste me consuelo visitando algo que me inspira ese mismo sentimiento. Si estoy en Pamploma visito las soledades de Zolina. Y en este final de las Navidades (tiempo de recuerdos y tristeza) he vuelto a sumergirme en "los años". De todas las sugerencias de Mertxe, la de Annie Ernaux es la que más me ha gustado; o la que menos, según se mire. En ese libro, aparecido justo antes de la aparición de la crisis, leo el agotamiento de esta sociedad. También algo más universal, que es la pérdida del sentido que van sufriendo las cosas a lo largo de la vida. "... Inutile, donc, de chercher au-delà..." escribía Mertxe, y en efecto, Annie Ernaux renuncia a todo lo que queda fuera de su experiencia personal. Ella no "representa" al lugar ni a la sociedad en la que nació, ni a su profesión, ni a su patria, ni a su continente. No es un personaje cuyo destino era alcanzar la gloria a pesar de una infancia humilde, sino un ser humano que vive a remolque de los acontecimientos, más bien difícil de encumbrar por algo que no sean sus habilidades literarias.

2 comentarios:

Mertxe dijo...

No parece mala idea eso de buscar escenarios acordes con nuestra atmósfera interior. La tristeza es, después de todo, una proteína más en nuestras células, y necesita sus estímulos para no degenerar. No conozco Zolina, pero muy bien a la Ernaux, por eso he temido, más allá del inmenso valor de esta obra en concreto, que su prosa (tan engañosamente floja) te haya hecho más daño que compañía. Veo que no, que te has limitado a un diálogo sereno con la novela más proustiana, 'ergo' peligrosa, de la Ernaux.

(Me bajo hasta tu Heidegger, que dejé pendiente el otro día...)

Glo dijo...

Lamento muchísimo no poder leerla en el original.

Hoy he sacado de la biblioteca "en busca del tiempo perdido".