18.5.11

LA PRIMAVERA EN LAREDO















En ocasiones, y por unos instantes, la felicidad circula por nuestra sangre empujada por alguna agradable sensación. En Laredo he tenido la suerte de sentirme dichoso en la brisa fresca, en la luz brillante pero todavía suave, y en los aromas de la playa. Y lo que siempre me pareció bien de ese lugar, hoy me pareció aún mejor.



















Fuimos por el paseo marítimo, compañados por el aroma a vainilla de unas plantas de las dunas que no logramos identificar. La vuelta la hicimos por la parte húmeda de la playa, donde la arena es algo más firme. No creíamos haber caminado tanto al ir. Apenas sentíamos que avanzábamos en aquella inmensidad cegadora.


















Laredo nació en un momento en el que todavía era un lujo ir de vacaciones a la playa, y más aún poseer una segunda vivienda. Por este motivo, su trazado, su densidad, y la mayor parte de los edificios que se construyeron en la barra, son de una calidad muy superior a la que predominaría más tarde, y hasta 2008, en otros municipios costeros.

5 comentarios:

Mertxe dijo...

Sí, sí... Me has hecho recordar aquel Benidorm que conocí siendo una niña. Mis aitas eran precursores en eso del veraneo y recuerdo nítidamente las casitas de los pescadores, el pueblo pequeñito y sin embargo precioso. El mar entonces era más azul. O sea, que todavía estaba bastante limpito.

Glo dijo...

"... parece que el sol de entonces debía brillar más, y el cielo tener un azul más puro y más espléndido..."

Mertxe dijo...

(Santi Andia...) Cómo nos acerca Baroja a esas cosas de siempre que nos esperan justo doblando la esquina de los treinta y tantos.

Muy fresquitos y mediterráneos días,Glo.

Glo dijo...

Pues aquí, mucho pero que mucho sol. Algo inusitado.

Nómada planetario dijo...

Hoy también era buen día para acercarse al mar.
Los estropicios urbanísticos han venido siendo una constante desde que pasamos de la alpargata al 600.
Un abrazo.