17.12.11

EL PINO PIÑONERO Y EL HAYA

Al parecer el pino piñonero (cuyo nombre universal es Pinus pinea) es un árbol propio de la sabana. Su forma aparasolada es una de las características que así lo indican. En ese paisaje apareció y ese paisaje es el que todavía "añora". Pero la sabana en estas latitudes hace muchos miles de años que desapareció, y el pino piñonero quedó relegado al clima menos malo para él, que es el mediterráneo. Otras especies se adaptaron y "aprendieron", por ejemplo, a florecer en otoño, época de las lluvias abundantes. Pero el pino piñonero todavía no se ha acomodado a su nueva circunstancia y sigue floreciendo en primavera.

Quedar "fuera de lugar" es algo que sucede constantemente en la naturaleza. La mayor parte de los vegetales que nos rodean aparecieron como respuesta específica a una circunstancia concreta. Esa circunstancia cambió una o muchas veces, y lo que vemos ahora son "restos", mejor o peor adaptados, de aquellos esplendores pasados.

Pero en ocasiones sucede lo contrario: que las nuevas circunstancias favorecen especialmente a una especie que en el pasado tuvo un papel más discreto. Es el caso del haya, cuyo nombre universal es Fagus sylvática. Durante la última glaciación esta especie quedó relegada a algunos puntos de Europa cuyas condiciones específicas permitieron que sobreviviera durante los 90.000 largos años que duró el clima frío y seco. Cuando la glaciación terminó, las hayas encontraron un clima que les resultó especialmente favorable, y su expansión por Europa, en forma de bosques monoespecíficos, fue fulminante. Hoy no tienen competencia alguna de otra especie vegetal arbórea en aquellas regiones cuyo clima sea fresco y húmedo. Solamente el abeto blanco (Abies alba) ha conseguido establecer una relación simbiótica con el haya, formando ambos una entente devastadora que, silenciosamente, borra de la faz de la tierra casi cualquier otra vida vegetal.

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