11.2.12

EL REGATO

No me gusta ir en invierno, pero ayer fui. Ha llovido en abundancia y la presa estaba llena. Me recibieron la terrible humedad de siempre y un desagradable olor a mala leña quemada. En las empinadas laderas, eucaliptos esbeltísimos, oscuros pinos de Monterrey, y salpicados, aquí y allá, un roble, una encina o un fresno. Y en las quietas aguas, una pareja de patos silvestres. Ni rastro del sol.

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