5/08/2012

LAS PRADERAS DEL PLEISTOCENO

Un encinar atlántico es un lugar impenetrable, salvo por las trochas abiertas por los animales. En realidad, la mayoría de los ecosistemas no son aptos para el disfrute del Homo sapiens. Las largas ramas de las zarzas; las de los tojos, cuajadas de espinas; las dolorosas hortigas... salen a nuestro encuentro y nos dificultan el paso. Y todos ellos presentan un aspecto "desordenado" que no soportamos y que necesitamos cambiar. Nuestro origen remoto está en la espesura, pero amamos las francas e inacabables praderas porque somos animales del pleistoceno. Fue entonces cuando nos pudimos de pie para ver más lejos, y travesamos corriendo los pastos, todavía poblados de monstruos,  experiementando la intensa emoción de la caza.


Club de Golf en Almería.

2 comentarios:

arponauta dijo...

me gusta tu entrada de hoy :-)

Glo dijo...

Me alegra mucho que te haya gustado.