5/11/2012

RÍO MANZANARES

Recuerdo, en un paseo que di hace muchos años, a un operario constriñendo la corriente del río Manzanares a base de empujar arena con ayuda de una hazada. Toda el agua terminó pasando, sin gran violencia, por una angostura como de un metro de anchura: el caudal de un regato.

Durante los muchos siglos en los que el poder tuvo pocas limitaciones, sorprende que a nadie se le ocurriera hacer algo para dar empaque al río de la corte, como se hizo con las fuentes de La Granja, o en el mismo Retiro... Sólo en época relativamente reciente se represó para que pareciera algo.

Ahora se construye un parque lineal, al que sigue faltándole el río sobre el que, supuestamente, se vertebra. Y, aunque los fotógrafos pongan su mejor voluntad en mostrar las koi japonesas y las blau forelle alemanas; aunque se agachen junto a la orilla y elijan el momento que refleje mejor el azul del cielo, sigue asaltándome la imagen del operario y su hazada.

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