24.8.12

NO EXISTEN LOS PIRÓMANOS

Son enemigos inventados. Todos los veranos sucede lo mismo desde hace miles de años. No es necesaria la concurrencia de seres humanos para que haya incendios. En el clima mediterráneo, y en aquellos con una estación cálida y seca, los incendios son lo que toca. Y algunas plantas se han especializado para sobrevivir a ellos:

  • La vida de la mayor parte de las coníferas es corta: el tiempo que media entre un incendio y otro. Se da incluso el caso de que algunas piñas no se abren a menos que estén expuestas al intenso calor de un incendio: Aquí escriben del Pinus halepensis (una especie típicamente mediterránea): "...Algunas piñas después de madurar se abren –a partir de junio– y sueltan los piñones, pero otras se mantienen cerradas durante años con los piñones intactos y adquieren una coloración grisácea. En caso de incendio, el calor hace que estas piñas se abran y se produzca una siembra de la cual nacerán nuevos pinos que sustituirán a sus progenitores muertos por el fuego..."
 Pinus halepensis.
  • La corteza del alcornoque (Quercus suber) cumple la función de proteger la parte viva del tronco del calor los incendios. Aquí pueden encontrarse estas líneas: "... El desarrollo del corcho parece ser fruto de la evolución de la especie para la protección contra el fuego, frecuente en este clima de veranos tan secos..."
 Quercus suber descortezado.
  • El madroño (Arbutus unedo) es una especie "fisurícola": vive en grietas, entre las rocas, para librarse del fuego.

"Ejemplar de madroño creciendo en una grieta", reza el pie de esta foto encontrada aquí.
  • La coscoja (Quercus coccifera) crece mucho más rápidamente de lo habitual tras un incendio.
 "Coscoja quemada", reza el pie de esta foto encontrada aquí.
  • El pino canario (Pinus canariensis) es capaz de rebrotar después de haber sido afectado por un incendio. Una adaptación excepcional entre las coníferas, sobre la que puede leerse aquí.

Un bosque de pino canario: comparación entre el estado inmediatamente posterior a un incendio, y al cabo de dos años. Encontrado aquí.
  • La estratificación propia del matorral favorece los incendios: abajo, la cama de hierba crecida tras el último incendio; arriba, la madera formada años posteriores: una combinación natural terrible.
Sin la acumulación de materia vegetal y sin altas temperaturas, no podría darse un incendio. Así, por ejemplo, existiendo los mismos intereses (devastadores) que en cualquier otro lugar, los bosques cantábricos no suelen arder porque el clima no lo favorece. Pero si concurren las descritas circunstancias naturales, que se produzca el incencio será sólo cuestión de tiempo. Cualquier agente podrá, entonces, originarlo fácilmente: un vidrio, un rayo, un descuido...

2 comentarios:

arponauta dijo...

yo nunca he entendido cuál es la ventaja del pirómano al quemar un bosque pero ¿por qué dicen entonces que son intencionados?

Glo dijo...

Creo que es el "tema del verano" para los medios de comunicación; una manera de eludir responsabilidades respecto al mantenimiento de lo público para los funcionarios; y una distracción conveniente para los pólíticos, ya que, por un tiempo, la ira de la gente se desvía de ellos.