El suelo, polvoriento, del color de la sabana; las hojas, mustias, muchas de ellas ya marrones; las peritas, abundantes, todavía verde intenso. Este verano ha sido terrible para muchas plantas, que languidecen y se marchitan de sed. Regamos nuestros peralitos con la esperanza de que así sobrevivan hasta la próxima tormenta.
2 comentarios:
Por estas latitudes el campo aún presenta un aspecto más reseco que en tus fotos. Vamos camino de la desertización en algunos lugares.
Ayer estuve a pocos metros de la zona devastada por el incendio de Ojén. Un desastre.
Saludos.
Hola, Nómada:
Este año ha sido muy seco por aquí: apenas unas pocas gotas en todo el verano.
Un saludo.
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