En la exposición de Bilbao el cuadro superior aparecía titulado "El presidente", y el inferior, "La presidenta". Estando juntos y así titulados, la ambigüedad y la ironía están servidas.
El arte contemporáneo me gusta, aunque más en mogollón (me gusta el barullo de ARCO). Habría preferido ver a Botero en esa circunstancia, más que solo y divinizado.
2 comentarios:
Pobres caballitos... Por cierto, Botero no me gusta nada, nada, nada.
El arte contemporáneo me gusta, aunque más en mogollón (me gusta el barullo de ARCO). Habría preferido ver a Botero en esa circunstancia, más que solo y divinizado.
Publicar un comentario