28.2.13

¡A MERENDAR!





3 comentarios:

Mertxe dijo...

¿Me creerás si te digo que este año me ha ocurrido lo que nunca? A mí, que no tengo nada de golosa, resulta que el otro día en el súper me tentaron hasta la obsesión unas hojaldrinas. Esto pasó hace una semana, y, por las mañanas, después de mi primer café, me zampo una. Creo que ha sido una especie de 'espuela' navideña...

Glo dijo...

Es que hay dulces que dejan de ser la suma de sus ingredientes para convertirse en algo nuevo, como los canutos, las palmeras de coco, los donuts, las almendradas... o las hojaldrinas. Transmutaciones casi milagrosas.

Mertxe dijo...

Y necesidades. Imperiosas necesidades de recuperar lo irrecuperable. Acercarse a lo que ya no está, volver a ninguna parte. Por cierto, motivaciones del subconsciente aparte, ¡están buenísimas!